Pelegrí, X. (comp.), El futur dels serveis socials. Fundació Apip-Acam, Barcelona, 2019, 400 p.
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Palabras clave
Servicios sociales, Derechos, Inclusión social, Inclusión laboral, Política social, Personas mayores, Discapacidad, Dependencia, Acción comunitaria, Servicios de salud, Prestaciones, Servicios sociales de base, Servicios sociales personales, Entidades sin ánimo de lucro, Voluntariado, Formación de personal, Acción comunitaria, Ética, Reforma, Datos estadísticos, Evolución, Evolución, Cataluña, España
Resumen
El periodo comprendido entre 2007 y 2018 fue una etapa de importantes transformaciones para los servicios sociales de Cataluña. En 2007, se aprobó la ley autonómica, que en 2008 y 2010 se completaría con sendas versiones de la Cartera. Un poco más tarde, en 2017-2018, llegaría la renta mínima catalana (“renda garantida de citadania”), fruto de una iniciativa legislativa popular. Todo este desarrollo legislativo tuvo lugar en un contexto marcado por la crisis económica (2008), el aumento de la población inmigrada o la puesta en marcha del sistema de atención a la dependencia estatal (2006), fenómenos que conllevaron nuevos retos y oportunidades. El presente libro, en el que participan diecinueve especialistas encabezados por Xabier Pelegrí, considera que este es un buen momento para replantearse el sentido y la organización de los servicios sociales en Cataluña, no tanto con el afán de hacer balance de una época, sino más bien con el de proponer pautas y reflexiones que puedan servir para orientarlo en el futuro.
El cuidado, el apoyo a la autonomía y el refuerzo de las redes familiares y comunitarias son algunos de los principios sugeridos para repensar el sistema de servicios sociales, lo mismo que garantizar un acceso razonable a programas y prestaciones, responder a las necesidades de una forma más integrada y aumentar la coordinación con el resto de sistemas del bienestar. En el caso de la Cartera, se propone reducir el número de prestaciones (actualmente, 127), flexibilizar algunas de ellas y solucionar ciertas incoherencias, entre otras medidas. Por lo que respecta al aspecto organizativo de los servicios sociales, se insta a articular mejor atención primaria y secundaria. Como contrapunto y complemento, el anexo recoge cuatro estudios breves sobre buenas prácticas en servicios sociales, escritos, en su mayoría, desde la perspectiva de otras comunidades autónomas del Estado.
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